La familia siempre ha sido, y siempre será, una de las prioridades más importantes de mi vida, si no LA más importante. Cuando asumí el cargo de director ejecutivo de Serenova, me propuse hacer que nuestro principal objetivo fuera construir una empresa increíble que a la gente le encantaría. para trabajar, tanto que se extendería más allá de su trabajo diario y en su vida familiar. Que no sería solo el producto de nuestro trabajo lo que nos alimentó y nos satisfizo, sino cómo trabajamos juntos lo que realmente diferenciaría a Serenova.

Dicho esto, hay algo que he aprendido sobre la familia a lo largo de los años. La diversidad es la sal de la vida, por lo que los diferentes temperamentos, intereses y perspectivas son una parte muy saludable de cualquier familia. Esas diferencias solo funcionan juntas de manera efectiva cuando se aplican a un conjunto compartido de valores y una visión para el futuro.

Trasladar la sede de la empresa a Austin y vendernos para convertirnos en una empresa SaaS independiente fueron los primeros pasos esenciales para revivir una cultura de inicio centrada en el talento fresco, la innovación y el trabajo en equipo.

También sabíamos que para sentar las bases de la empresa en la que nos convertiríamos, necesitábamos actualizar nuestros valores corporativos y colocarlos en el centro de todo lo que hacemos, desde la contratación hasta la selección de proveedores, como una prueba de fuego constante para determinar si cada decisión y la acción se alinea con los estándares que nos fijamos. Porque si bien podemos ser ágiles y fluidos al responder al mercado ya nuestros clientes, es nuestro carácter inmutable lo que nos llevará, inevitablemente, a logros cada vez mayores.

Sin embargo, la cultura es engañosa. No puedes simplemente elegir algunos clichés, juntar algunos carteles, darles a todos tacos de desayuno y terminar el día. Realmente TIENEN que estar en el centro de todo lo que haces.

De alguna manera, las estrellas deben haberse alineado cuando finalizamos nuestros valores, porque surgen en las conversaciones todos los días y se han convertido rápidamente en nuestro ancla y piedra de toque cuando necesitamos una revisión. Aquí están:

  • La humanidad primero: Todos somos humanos, y tratamos a todos (incluidos nosotros mismos) con humildad, amabilidad y respeto.
  • Progreso sobre la perfección: Somos flexibles y resilientes. Aceptamos el cambio, aceptamos los golpes y nos esforzamos por hacer que cada día sea mejor que el anterior.
  • Responsabilidad radical: Somos fanáticamente transparentes y buscamos la rendición de cuentas en todo lo que hacemos. Honramos nuestra palabra, mantenemos nuestros compromisos y buscamos todas las oportunidades para actuar al servicio de los demás.
  • Mucho más allá de: Todo el mundo es un cliente, y simplemente cumplir con las expectativas nunca es suficiente. Nos deleitamos en simplificar lo complejo y hacer más con menos, y dar más de lo que pedimos a cambio.
  • Sin línea de meta: Somos imaginativos y tenaces. Nunca estamos desanimados, nunca satisfechos y nunca terminados. Siempre hay más que podemos hacer, y como no podemos fallar si no nos damos por vencidos, sobre todo persistimos.

En una reunión reciente sobre estrategia de productos, uno de nuestros ejecutivos comentó que “la empresa es el producto”. Creo que eso resume muy bien el pensamiento detrás de estos valores. La vida no se trata de widgets o módulos: se trata de personas, relaciones y experiencias. Invierta en esas cosas primero y el éxito seguirá.

¡Brilla brillante!